Reforzados por un factor innegable: nos apasiona trabajar sobre proyectos personales, comprometidos con el valor y el largo plazo, porque creemos que, en el mundo de hoy, la transparencia y la dimensión humana de las marcas pueden convertirse en un gran activo cargado de potencial.
Malababa es un perfecto ejemplo de este tipo de trabajo. Nos encontramos con una marca de moda y diseño con mucho prestigio dentro de su sector y un gran espíritu emprendedor que se enfrentaba a un gran reto: gestionar de manera más eficaz su diseño y su creatividad.
¿Qué hicimos? Ayudar a que Malababa encontrara un modelo de negocio que proyectase la empresa a otro nivel y permitiera un crecimiento sostenido.
La base: una Cultura de Marca renovada, fruto de una visión más rica, enfocada y eficiente.
A partir de ella redimensionamos la marca, utilizando y potenciando los elementos clave que ya poseía. Capitalizamos y orientamos su papel como referente en la artesanía española, su conocimiento y uso de la piel como materia prima y el valor humano de la marca, representado por Ana Carrasco, su directora creativa.