El crecimiento de las marcas contemporáneas está estrechamente vinculado al diseño de visiones estratégicas innovadoras de sus públicos objetivos, más allá de perfiles cerrados y excluyentes, poco generadores.
Las nuevas culturas de marca son capaces de englobar tipologías de targets radicalmente dispares. La clave, diseñar y construir un territorio compartido, relevante para todas ellas. Esa estrategia crea la capacidad de atraer e integrar diferentes identidades, permitiendo a las compañías experimentar crecimientos muy significativos. La clave: un profundo conocimiento de los targets desde una perspectiva profundamente humana. Una empatía radical.
Nícoli, marca líder en un segmento muy determinado de la moda infantil, es un ejemplo paradigmático de crecimiento en base a una fórmula propia de éxito, simbolizado en su capacidad para conectar madres con adolescentes, que operan como grandes impulsores de la marca, bajo una radical e inédita convivencia intergeneracional. Dos grupos de targets en principio antagónicos, pero que sin embargo conviven en una marca que trabaja con el foco puesto en las personas, sus emociones y necesidades, no en la moda y sus dictados a menudo poco productivos en el prêt-à-porter.