Inmaterial, intangible, familiar: otra lógica.
Uno de los grandes retos a los que se enfrentan las marcas de diseño es la transmisión de sus identidades, sus cargas creativas, sus culturas de creación, a sus gestores, a sus equipos y, sobre todo, a las generaciones que no vivieron las fases germinales de la marca, su creación o desarrollo inicial. Un ámbito de ventaja diferencial clara de las marcas familiares, que han vivido en entornos no formales la configuración de sus valores, el flujo de sus grandes decisiones. Decisiones que en un marco familiar, en su conocimiento profundo de las identidades personales, los anhelos, las capacidades, el genio o simplemente, el magnetismo emocional de sus miembros, pueden convertirse en lógicas, o mejor, coherentes y llenas de sentido. Recibiendo por ello el soporte empresarial y la adhesión que ningún “gestor en su sano juicio” les brindaría.