¿QUÉ DEBE SIGNIFICAR SER UNA INSTITUCIÓN CULTURAL HOY?
El desafío era construir una perspectiva clara de desarrollo futuro para La Fábrica: una hoja de ruta que guiara sus decisiones, activara nuevas conexiones y actualizara el vínculo entre sus proyectos y su tiempo. Que ampliara sus posibilidades de acción y fortaleciera su modelo, siempre un híbrido singular integrado a la vez por ventajas competitivas y colaborativas.
Para dar respuesta a este desafío, debíamos explorar una pregunta más profunda: ¿qué debe significar hoy ser una institución cultural?
Para ello, Nadie acompañó al equipo directivo de La Fábrica en un proceso abierto de co-creación, reflexión y análisis. Un trabajo enriquecido por nuestra visión estratégica, por una perspectiva internacional construida desde la observación y el seguimiento constante de tendencias y proyectos líderes en el mundo, y por un profundo conocimiento del sector, plasmado en proyectos como Colección Solo o Espacio Fundación Telefónica. Este proceso tomó forma en sesiones de desarrollo estratégico en el Club Matador, junto a los responsables de todas sus áreas. Encuentros diseñados para releer el papel de La Fábrica en un ecosistema cultural que ya no es el mismo y para ensanchar, desde ahí, su horizonte de relevancia.
La respuesta a esa pregunta se materializó en una nueva cultura para La Fábrica: más abierta, más conectada con su tiempo, más aspiracional y más influyente. Una forma de entender la institución que responde a lo que significa hoy la cultura: un espacio de cruces entre disciplinas y audiencias; un terreno donde lo digital, la innovación, la comunicación, el diseño de experiencias o la relación con las marcas forman parte inseparable de lo cultural; un lugar desde el que abordar colectivamente las grandes cuestiones de la agenda contemporánea; un aliado real de los creadores y de sus procesos; un entorno que educa, transmite y capitaliza aprendizajes; un espacio de disfrute, encuentro y vínculo. Un actor en definitiva, con capacidad de proyectar la cultura en un diálogo abierto con el mundo.
Este proceso ha reforzado los cimientos de una institución que ya era referente. Y lo ha hecho dotándola de una nueva cultura estratégica: un sistema que le permite actualizar su papel, ampliar su relevancia y seguir siendo un actor determinante en la sociedad y su ecosistema cultural evolucionado.